Es una realidad irrefutable, el alto crecimiento que está experimentando el uso de las tecnologías móviles en el mundo. Este hecho acrecienta cada vez más, la necesidad, y casi diría la obligación, de administraciones públicas y gobiernos de implementar este tipo de tecnología en la prestación de servicios, y en el acceso a la información pública.
Muchas son las ventajas y el valor añadido, que el M-Government puede aportar en este sentido. Podemos destacar algunas: movilidad, uso en tiempo real, servicio a cualquier hora y en cualquier lugar, servicio personalizado e individual, amplia red de cobertura, bajo coste, etc
Pero sin duda, el mayor argumento para la implantación definitiva, se base puramente en cuestiones estadísticas, veamos algunos datos:
El nº de suscriptores no para de crecer, en total casi 7 bn de usuarios a final del 2012, con una tasa de crecimiento del 7,6 % anual. Si desagregamos datos, el nº de ciudadanos suscritos es de 3,2 bn en 2012, es decir, la mitad de la población mundial, con una tasa de crecimiento de 4,2 %. Se espera que el nº de ciudadanos conectados en 2017 sea de 3,9 bn. El n º de suscriptores crece 4 veces más rápido que la población mundial.
Pero no solo crecerá el nº de usuarios, también lo hará y de manera exponencial el tráfico de datos. Pasaremos de 0,9 Exabytes/mes en 2012 a 11,2 Exabytes/mes en 2017, con un crecimiento anual del 66%.
Esta explosión en el flujo de datos, en parte es consecuencia directa del uso de la tecnologías sociales en movilidad y la posibilidad de compartir archivos de todo tipo, principalmente multimedia a través de dispositivos inteligentes. Las redes sociales, a través de sus versiones mobile, se configuran como las tecnologias más utilizadas en movilidad.
Todo esto no sería posible ,sin la mejora gradual de las redes de comunicación, y el impacto que produce sobre el ecosistema digital en movilidad. La llegada de las tecnologías 3G y 4G han supuesto toda una revolución en cuanto a los flujos de comunicación y el tráfico de datos móviles.
Pues bien, dicho esto, quedan pocas objeciones ante la necesidad de transformación de AAPP y Gobiernos, debemos pasar del E-Government al M-Government, como una evolución clara, razonable e imparable, en cuanto a la prestación de servicios públicos y acceso a la información se refiere.
Este cambio ya se ha iniciado, la pregunta ahora sería ¿De que depende? ¿De quien depende? Del e-Government al We-Goverment #weGov
Juan Manuel Roa
Politólogo